lunes, 9 de mayo de 2011

Sabes lo que es el performance?

–¿Que es el performance?

–Es arte inmaterial, energía pura, no es materia. Para mí, la idea es mucho más importante que el objeto físico; los objetos que forman parte del performance no tienen importancia, yo no los expongo como hacía Gina Pane, los uso y después los tiro.

–¿Por qué sus performances son en ocasiones tan violentos?

–Siempre he creído que un artista que ha tenido una infancia terrible es el que puede crear un gran trabajo. Los momentos dramáticos son los que permiten el crecimiento del ser humano. Trabajar mis miedos significa penetrar en lo profundo de mi ser, esto me lleva a expresarme en un lenguaje universal, ya que todos tememos a la muerte, al sufrimiento. Yo creo dolor en mi trabajo para tener la capacidad de liberarme de él, el dolor es una estructura mental que puede ser superada. En el performance tomo energía del público que me empuja a situaciones que nunca haría en la vida real.

Si notamos, los rituales de las culturas antiguas son vehementes con el cuerpo, porque ello les permite controlar y avanzar a otra dimensión de conciencia.

–¿Qué ha cambiado en su forma de hacer performance?

–Actualmente logro hacer performances con duración de siete horas, como el año pasado en el MoMA, de Nueva York. Cuando tenía 25 años no hubiera podido hacerlo.

“El performance no se trata de resistencia física, sino de control mental. Siempre tengo presente lo que decía María Callas: ‘Cuando estoy en el escenario es muy importante que una parte de mi mente esté en pleno control y la otra parte se mantenga relajada y libre‘. Esta mezcla permite el éxito del performance.

–¿Qué relación guarda con el público?

–Para mí –responde Marina Abramovic–, el público es extremadamente importante. Cada individuo tiene un papel, siento su pulso, su respiración, sin éste no existe el performance. Para ciertos artistas eso no es relevante.

El público y yo estamos en el mismo espacio, en el aquí y en el ahora, con la mente y el cuerpo y es cuando sucede la conexión. Yo tengo que dar el ciento por ciento de mí misma, pero pido lo mismo al espectador.

–¿Qué piensa cuando ve las grabaciones de sus primeros performances?

–Es muy difícil la relación entre el performance real y la representación de las cosas mediante un video.

En los años 70 no tuvimos realmente control de los medios, nunca impartí instrucciones directas de cómo había que filmar. Me siento inconforme, porque no representa lo que la pieza fue realmente. Hoy los hubiera hecho muy distintos.

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